En lo que va de este año 2023, ya lo podemos caracterizar como un año meteorológicamente muy fuera de lo normal. La temperatura media global superficial del aire para los meses de junio y julio batió récords, con eventos de altas temperaturas por sobre los 45ºC en varias ciudades en el verano del hemisferio norte, incendios forestales sin precedentes, así como eventos de precipitaciones severas con inundaciones inusitadas en varias ciudades.
Sin duda, y tal como ya lo manifestara el último reporte del IPCC en el año 2021, estamos viviendo las consecuencias tempranas del “cambio climático”.
Pero, además, este año las temperaturas superficiales del mar en la cuenca ecuatorial del Océano Pacífico han aumentado por sobre lo normal dando lugar al desarrollo y establecimiento de lo que conocemos como El Niño, tal cual lo han decretado diversas organizaciones y centros mundiales de monitoreo e investigación de este fenómeno natural de variabilidad interanual.
El hemisferio sur no está ajeno a los factores antropogénicos y naturales que modulan el clima. Es así, como este año se ha estado registrando la mínima extensión de formación de hielo marino alrededor del continente Antártico desde que se tiene registro satelital, la ocurrencia de eventos de temperaturas máximas por sobre lo normal en la Península Antártica, la ocurrencia de lluvia en pleno invierno como el registrado en julio en la base Eduardo Frei, y particularmente en Chile, eventos de olas de calor en invierno y precipitaciones con isoterma cero inusualmente alta ocasionando lluvias en cordillera en vez de nevadas y generando crecidas de ríos e inundaciones en los valles de la zona centro-sur del país con afectación a la infraestructura pública y privada.
¿Qué se nos viene para Chile? La presencia de El Niño, según registros históricos, tiende a favorecer eventos de precipitación invernal y de primavera en las regiones del centro-sur y a desfavorecer las lluvias altiplánicas en verano.
A su vez, favorece anomalías positivas de las temperaturas del aire, por lo que es esperable la ocurrencia de altas temperatura y eventos de calor en el país, particularmente en zonas de valles y precordillera de la zona central y sur del país.
Esto significa pensando ya en la primavera y verano, que debemos estar preparados para los incendios forestales de la próxima temporada 2023/2024.
La triada 30-30-30 (vientos sobre 30 km/h, humedad relativa bajo 30% y temperatura sobre 30ºC) puede cumplirse con mayor frecuencia el próximo verano (sin descartar los meses de octubre y noviembre), sumado a esto la probable mayor presencia de matorrales producto de un invierno más lluvioso que años anteriores.
Los análisis, el diagnóstico y la predicción de las condiciones meteorológicas que pueden estar presentes y prevalecer en los próximos meses ya están dichas (y que se deben actualizar permanentemente).
Ahora corresponde a las autoridades y otras entidades públicas en tomar las medidas anticipadas para enfrentar los posibles escenarios pronosticados y mitigar las consecuencias de los eventos.
Dr. Jorge Carrasco Cerda
Meteorologo, IPCC Nobel de la Paz 2007
“Seminario y Foro Panel Foster: Cambio Climático, Turismo, Aguas y Eficiencia Energética. Sub Temas Super Alimentos, Super Combustibles“.
Prensa:
NuevaDiplomacia (@NuevaDiplomacia) / X (twitter.com)