Ante un selecto grupo de invitados, la Embajadora Silvia Alfaro Espinosa, se despidió de su cargo el pasado 21 de enero, dejando grandes amigos, y una nutrida agenda de trabajo, en ciencias, comercio y cultura. La diplomática que provenia de Paris como Representante Permanente del Perú ante la UNESCO, logra en dos años un record de actividades que marcan las gestiones que realizan los embajadores en el país.
Durante la recepción, pronunció un discurso ameno, cordial, y muy certero dando a conopcer los avances de las relaciones bilaterales entre El Perú y Chile, y de que forma se encaminan las misiones diplomáticas al segundo tercio del siglo.
La acompañó en el discurso la Canciller subrrogante Gloria de la Fuente, quien destaco los logros de esta gestión encabezada por mujeres en post de la igualdad de genero y las oportunidades.
Discurso de despedida , 21 de enero de 2025.
* Señora Gloria de la Fuente, Ministra de Relaciones Exteriores subrogante
* Señor Diputado Eric Aedo Jeldres, Segundo Vicepresidente de la Cámara Diputadas y Diputados
* Señor Miguel Ángel Fernández, Ministro del Tribunal Constitucional
* Señores Embajadores y representantes de las Misiones y organismos internacionales acreditados en Chile
* Señores Alcaldes Jaime Bellolio y Felipe Alessandri
* Señor Vicealmirante Pablo Niemann, Jefe del Estado Mayor Conjunto
* Señores Representantes de los gremios empresariales
* Señores y señoras de la Prensa.
* Colegas de la Embajada del Perú y del Consulado General del Perú en Santiago
* Amigos y amigas,
Al inicio de estas palabras me permito unas breves reflexiones que buscan dar significado el enorme privilegio y responsabilidad que supone ser Embajadora del Perú en Chile.
Comenzaré por preguntarme qué significa ser peruana, mujer, funcionaria pública y, finalmente, diplomática peruana en este hermano país?
Con falta de modestia, seguro, pero con sentido de realidad, diré que me siento orgullosa de ser peruana, de la enorme concesión de la naturaleza de haber nacido en el Perú, tierra de incas y de civilizaciones previas, un mosaico de culturas, de esencia andina, española y de pueblos originarios, con influencias africanas, asiáticas, europeas, en un mestizaje que constituye el signo distintivo de nuestra “raza peruana”, que nos lega tradiciones y valores, y nos hace parte de un pueblo: el peruano, hospitalario, solidario, resiliente y emprendedor.
Pero este sentido de pertenencia a esta entidad viva a la que los peruanos llamamos patria, no solo es un privilegio, sino que nos demanda a los nacidos en este territorio, de amazonía, ande y costa, y a los que lo sentimos nuestro, responsabilidad para trabajar por su desarrollo y para superar sus enormes desafíos.
Desafíos como la necesidad de reducir la pobreza y las brechas sociales, y lograr, entre otros, por ejemplo, acortar las diferencias en el acceso a oportunidades y condiciones sociales para las mujeres, en un país en el que siendo mayoría, pues representamos el 50.4 % de la población, tenemos hondo camino por recorrer.
Hemos avanzado, sin duda, pero restan muchas tareas pendientes. El número de mujeres con educación superior se ha incrementado y ha aumentado el promedio de años de estudios de mujeres de 15 años o más. Hoy más mujeres participan en la actividad política y económica del país y por primera vez en la historia la más alta investidura de la Nación, la Presidencia de la República, es ostentada por una mujer.
No obstante, los asuntos por solventar en este rubro son aún muchos, y así aspiramos algún día lograr la equidad en el acceso a puestos decisorios o igualdades salariales o a erradicar o sino disminuir drásticamente el flagelo de la violencia intrafamiliar que tanto daño hace a nuestras sociedades y, sobretodo, a nuestras generaciones futuras.
Y aunque es tarea de todos, esta mejora social y otras son principalmente tarea de la función pública que debe trabajar, con vocación de servicio, entendiendo que la atención a las demandas sociales en nuestro ámbito de competencia es nuestro principal cometido.
Desde esa línea, ser la Embajadora del Perú en Chile es un enorme privilegio, dado que me ofrece la oportunidad de representar a mi país desde un puesto emblemático para la política exterior peruana, ocupando un asiento, que antes tuvieran a bien ocupar ilustres peruanos, entre los que cuentan ex Presidentes, Ministro de Estados, legisladores, juristas y distinguidas autoridades y diplomáticos de nota, y me ofrecen la oportunidad de servir a mí país.
Y en esa línea, tamaño privilegio, demanda de una gran responsabilidad, la de proyectar nuestros intereses del Perú en un país amigo, hermano, con el que mantenemos una relación especial y compleja, estrecha e imbricada, un vínculo de amistad y complementariedad, sostenido en la coincidencia de valores y el respeto mutuo, y que debe abandonar, si acaso quedan, algunos rezagos de una lógica confrontacional y construir de manera cooperativa y coordinada el futuro de nuestros pueblos.
Con mi nombramiento muchos se congratularon por el hecho que, tras más de doscientos años de relación bilateral, dicho encargo, finalmente, recayera en una mujer. Esto, sin embargo, lejos de felicitarnos debe llevarnos a reflexionar sobre la necesidad de avanzar mucho más en éste ámbito.
A mediados de 2023, estando en Paris como Representante Permanente del Perú ante la UNESCO, recibí de parte de la señora Presidenta de la República, Dina Boluarte, y de la entonces Canciller, la querida Ana Cecilia Gervasi, el honroso encargo de liderar al equipo de la Embajada del Perú en Chile.
Así un primero de septiembre de 2023, llegué a estas tierras con la misión de estrechar aún más los lazos de una sólida relación y con el afán de conocer más sobre Chile, su sociedad, sus tradiciones y cultura, y de dar a conocer más al Perú y su gente.
Casi año y medio después, periodo que a priori se antoja corto, debo decir que mi inmersión ha buscado ser plena y ha sido enriquecedora, maravillándome con sus atractivos, su cultura y su gente.
En mis recorridos por Chile he podido constatar que nos parecemos y mucho, y que son muchas las cosas que nos unen.
NOS PARECEMOS pues a nuestro mismo origen e historia común e imbricada, sumamos que chilenos y peruanos somos fruto del mestizaje, sudamericanos y con un espíritu resiliente forjado en nuestro esfuerzo diario por llevar sostén a los nuestros.
Y SON MUCHAS LAS COSAS QUE NOS UNEN, consecuencia directa del propio mestizaje. Y NOS UNEN, también, el mar y los andes y una visión común de desarrollo, y la presencia del principal activo de nuestro vínculo: comunidades peruanas y chilenas asentadas en el territorio del otro, proyectando sus tradiciones y valores, su música, su literatura y su comida.
En mi procura por conocer he viajado, no tanto como quisiera, pero si como he podido, y he llegado incluso hasta el Rapa Nui oceánico y me he deleitado con su atractivo paisaje, que no tiene nada que envidiar a tesoros apostados en otras partes del mundo.
Y he llegado a lugares por donde pasó Grau, el peruano del milenio, nuestro héroe y paradigma, y así estuve en el islote de Abtao, en Puntas Angamos y en el monitor Huáscar en Talcahuano. Es muy emotivo constatar el respeto que la Armada chilena profesa por Grau, que nuestra Marina de Guerra reciproca a favor de Prat.
Hoy que estoy a pocas semanas de partir, quiero resaltar que durante mi estada en estas tierras me he sentido acogida y acompañada en mis funciones, en un experiencia que ha sido grata gracias a los amigos que he hecho en el camino, varios de los cuáles hoy nos acompañan, y a la permanente disposición y profesionalismo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, representado en este acto por la señora Ministra de Relaciones Exteriores subrogante, la querida Gloria de la Fuente, y la administración chilena en su conjunto.
Teatinos y Torre Tagle, aún cuando las demandas internas imprimen presión sobre los gobiernos y distraen la atención de lo externo, hemos sabido avanzar en una agenda común y positiva a favor de nuestros pueblos.
Una agenda de trabajo vasta que no corresponde enumerar, en la que sin embargo, permítanme destacar el Encuentro entre Presidentes en noviembre pasado en Lima, o la Reunión del Comité Permanente de Consulta y Coordinación Política (Mecanismo 2 + 2 entre Ministros de Relaciones Exteriores y Defensa), celebrada el 27 de octubre de 2023 también en la capital peruana, donde se acordó la creación de la Comisión Mixta de Cooperación en Defensa presidida por Viceministros de Defensa, que se reunió por vez primera en Santiago el 18 de julio de 2024; o el Encuentro entre ambos Cancilleres en enero de 2024; ó la I Reunión de Seguridad entre Viceministros de Relaciones Exteriores y del Interior, realizada el 20 de diciembre de 2023, ó la XII Reunión del Comité de Desarrollo e Integración Fronteriza (CIDF) en Tacna en noviembre de 2023 ó la II Reunión Extraordinaria de la Comisión Mixta Permanente de Límites Perú-Chile, que tuvo lugar el 18 de noviembre de 2024 en Santiago.
Sin duda, hay muchas otras reuniones que han seguido dándose en el período en el que he liderado la Misión, dando cuenta de un marco institucional amplio, pero quiero destacar dos eventos, en particular, en cuya importancia coincidiremos con la Canciller subrogante: el II Encuentro Binacional de Mujeres Líderes Perú-Chile, realizado en agosto de 2024 en la sede de Embajada, en coordinación con la Cancillería chilena, la Misión chilena en el Perú y la Universidad de Chile; y el desayuno celebrado en marzo de 2024 en esta casa dedicado a la Política Exterior en materia de igualdad de género, que contó con una exposición de la Canciller subrogante, y la asistencia de varias de las aquí presentes.
Unos de los retos que tenemos ambas Cancillerías y administraciones en su conjunto es reestablecer el tránsito por la frontera a niveles de la pre-pandemia, de manera controlada y segura. En esa tarea venimos trabajando y estoy segura que pronto lograremos dar mayor fluidez al paso de uno y otro lado de la frontera con la aplicación de un procedimiento simplificado y la adopción de acuerdos migratorios que favorezcan el paso de habitantes de zona de frontera y de trabajadores temporales, contribuyendo a potenciar el comercio y la producción en nuestras regiones de frontera.
En el plano comercial y de inversiones seguimos avanzando. Chile representa nuestra primera fuente de inversión extranjera directa en América Latina, con capitales en importantes sectores y con incidencia en la generación de empleo. Hasta hace unos años esa tendencia iba en un solo sentido. No obstante, en los últimos años, las inversiones peruanas tienen también importante presencia en Chile en rubros como los lácteos, el cemento, el sistema financiero, los productos de belleza, el sector gastronómico, entre otros.
Nuestra balanza comercial representa en conjunto más de 3 mil millones de dólares, siendo que para el Perú, Chile es importante destino de minerales como molibdeno, o productos como aceite de pescado, paltas, aceite de palma, cacao, entre otros.
En este ámbito el rol de actores como la Cámara de Chileno Peruana de comercio, su par en el Perú, y el Consejo Empresarial Peruano Chileno viene teniendo importante participación.
Cartera de proyectos mineros: Hacia dónde se mueve la aguja de inversiones 2025 – Mch
Y permítanme también destacar el apoyo del sector académico, universidades, institutos, museos y centros culturales que me han ayudado durante estos meses a difundir las artes y cultura peruana.
Pero, sin duda, el elemento más relevante de nuestra relación y de la integración entre nuestros países es nuestra gente, peruanos y chilenos que en el territorio del vecino contribuyen a proyectar nuestras tradiciones, cultura y valores.
Por ejemplo, miles de peruanas y peruanos emprendedores que suman más de un cuarto de millón en territorio chileno y que con esfuerzo hacen patria fuera del Perú en diversos rubros productivos, profesionales, académicos, estudiantes, trabajadores en casas de familias chilenas o en el sector gastronómico o de la hostelería, donde somos reconocidos, y que hoy por ejemplo están aquí representados por un grupo de cocineros que harán las delicias de esta velada y cuyos nombres verán en la pantalla, a quienes agradezco por su apoyo.
Una comunidad grande, vigorosa, pujante y en, cierta medida, organizada, gracias al esfuerzo de varias asociaciones a lo largo del territorio chileno, cuyos representantes están hoy aquí y han sido un relevante sostén a mi gestión y a quienes invito a acompañarme al estrado. Peruanos que, de manera voluntaria, ayudan a facilitar, a través de capacitaciones, la inserción de nuestros connacionales en Chile y su mercado, o cooperan en la formación de jóvenes o con el Consulado General y la Embajada en brindar apoyo social a favor de nuestra comunidad en situación de vulnerabilidad. Ostensible fue su soporte a los afectados de los incendios de Valparaíso o con las lluvias, y en cada navidad en la que llevan alegría y regalos a niños de zonas desposeídas.
El soleado febrero, sin embargo, no sólo supone mi partida, sino también el fin de funciones de otros miembros del equipo que asumirán nuevos retos en el exterior o en el Perú. En particular, el Ministro Zósimo Morillo, Cónsul General del Perú en Santiago de Chile, quien lideró con responsabilidad y permanente vocación de servicio la Oficina Consular más grande del Perú en el mundo; la primera Secretaria Aurora Cano, cuyo apoyo en la Embajada ha sido invalorable desde su esfuerzo, perseverancia y rigurosidad; y también la Comandante de la PNP Ana Quispe y los Auxiliares Filiberto Castillo de la Fuerza Aérea, Luis Pinchi de la Marina de Guerra del Perú y Nativo Peña de la PNP, relevantes soportes a mi gestión en la importante materia de seguridad y para quienes pido un merecido aplauso.
Diré que ésta mi segunda experiencia vecinal deja en mí un hondo aprendizaje, intenso y de lecciones invaluables, de diálogo y de reflexión, de hacer verdadera política exterior, experiencia a partir de la cuál tengo la plena convicción que la relación con Chile es para el Perú prioritaria y que obliga a dejar de lado resabios históricos que no suman, y construir de manera coordinada el futuro de nuestros pueblos.
Quiero, en este punto, destacar el significativo apoyo del equipo de la Misión que acompañó mi paso por este país, colegas diplomáticos y peruanos residentes en Chile, que con permanente apoyo e iniciativa me ayudaron a afrontar el enorme encargo recibido y sobre el que asienta el futuro del servicio exterior peruano, que entiende la necesidad de estrechar aún más la relación con Chile en una suma virtuosa que redundará en beneficios para ambos países.
Al despedirme de Chile quiero recordar una canción que dice “tengo hecho un copihue mi corazón”.
Muchas gracias
Embajadora Silvia Alfaro Espinosa
Vitacura, Santiago de Chile , 21 de Enero de 2025